Tlaxcala, situado en el centro de México, es el estado más pequeño del país, pero está lleno de historia y encanto. Su nombre significa «el lugar de las tortillas de maíz», y es conocida por su riqueza cultural y sus tradiciones.
Uno de los atractivos más importantes de este estado es la ciudad de Tlaxcala, la capital del estado. La ciudad está llena de arquitectura colonial, con edificios que datan del siglo XVI. La plaza principal, Plaza de la Constitución, está rodeada de impresionantes edificios como el Palacio de Gobierno y la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, una de las más antiguas de México. La ciudad también cuenta con un hermoso jardín botánico, el Parque Xicoténcatl, que alberga diversas especies vegetales y varias esculturas.
Otro destino importante en Tlaxcala es la antigua ciudad de Cacaxtla, importante zona arqueológica mesoamericana. La ciudad estuvo habitada por las civilizaciones olmeca, tolteca y azteca y alberga algunos de los murales más impresionantes de México. Los murales, que datan del siglo VII, representan la historia y la mitología de la región.
Los visitantes también pueden disfrutar de la belleza natural del Parque Nacional de La Malinche, llamado así por el volcán situado en el parque. El parque ofrece diversas actividades al aire libre, como senderismo, acampada y observación de aves, así como impresionantes vistas de las montañas circundantes.
Para los interesados en la artesanía tradicional mexicana, Tlaxcala cuenta con una serie de pequeñas ciudades y pueblos conocidos por sus hábiles artesanos. En la ciudad de Huamantla, los visitantes pueden observar a los artesanos tejer cestas de junco y confeccionar máscaras y trajes tradicionales utilizados en el festival anual de La Huamantlada. En el pueblo de Tlaxco, los visitantes pueden comprar hermosa cerámica artesanal y visitar los talleres de los artesanos locales.
Por último, los amantes de la gastronomía disfrutarán con la cocina de Tlaxcala, mezcla de platos tradicionales mesoamericanos e influencias coloniales españolas. Uno de los platos más famosos son los escamoles, larvas de hormiga consideradas un manjar en México. Los visitantes también pueden probar el chileatole, una sopa hecha con maíz fresco y pimientos, o los tlacoyos, tortillas de maíz rellenas que son una popular comida callejera.
En conclusión, Tlaxcala puede ser pequeño, pero está lleno de historia, cultura y belleza natural. Los visitantes pueden explorar el rico pasado del estado, disfrutar de sus impresionantes paisajes y deleitarse con su deliciosa gastronomía, al tiempo que experimentan la calidez y hospitalidad de sus gentes.